La fecundación in vitro es una técnica que se emplea en el tratamiento de problemas de infertilidad. Consiste en extraer un óvulo y fecundarlo con un espermatozoide fuera del cuerpo de la madre. Cuando se forma el cigoto, se transfiere al útero materno donde continúa su desarrollo normal.
La fecundación in
vitro se inicia con un fuerte tratamiento hormonal para la madre con
el fin de estimular la producción de óvulos. En condiciones
normales se necesita un óvulo y unos 750.000 espermatozoides para
que se produzca la fecundación, pero también se puede inyectar
directamente un único espermatozoide dentro del óvulo.
El cigoto, para
aumentar sus posibilidades de supervivencia, se “cultiva” en el
laboratorio al menos durante cinco o seis días antes de implantarlo
en la madre para asegurarse de que sea viable. Se suelen transferir
varios cigotos a la vez, por lo que son muy comunes los embarazos
múltiples.
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